La Resurrección de Cristo

"Y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús"

(Efesios 2:6)

En varias ocasiones, Cristo Jesús dijo a sus discípulos que deberían ir a Jerusalén y sufriría en manos de los líderes religiosos, morir y resucitar al tercer día. Todo sucedió de acuerdo con lo que les había informado. Actualmente sabemos sobre la resurrección, pero hay enseñanzas más profundas sobre lo que sucedió ese día. El mensaje inicial es que Jesucristo está vivo.

El registro que existe en la Biblia dice: Mientras contaban estas historias, Jesús se acercó a ellos y les dijo: Paz a vosotros. Sin embargo, debido a su miedo y temor, creían ver un espíritu. Y les expresó: ¿Cuál es la razón detrás de vuestra inquietud y preocupación? Observad mis extremidades: mis manos y mis pies, que soy yo mismo; examinadme y observad, ya que un espíritu no posee ningún cuerpo ni estructura como lo perciben que yo poseo. Y mostró sus manos y pies cuando dijo esto.

Debido a la alegría y asombro, aún no podían creerlo, les dijo: ¿Tienen algo para comer aquí? Luego le dieron parte de un pescado asado. «Y Él lo tomó y comió delante de ellos». Cuando leo estos versículos, siento alegría por Pedro, Juan y otros. Jesús estuvo con sus discípulos día y noche mientras realizaba su obra en Judea. Después que resucitó, se les apareció, les enseñó y les explicó las Escrituras.

Las personas como Pedro y los demás, tuvieron la bendición de ser elegidos por el Señor para ser Sus discípulos, y tuvieron la oportunidad de escuchar las enseñanzas del Señor Jesús con sus propios oídos. Fue una gran bendición para ellos.

Leyendo la palabra de Dios, entendí que la voluntad del Jesucristo era hacer su aparición al hombre después de Su resurrección, y que esta acción englobaba aún más la omnipotencia y sabiduría de Dios. De esta manera, comprendí que la aparición del Señor Jesús al hombre después de Su resurrección fue muy significativa.

En la cruz, Jesucristo asumió la responsabilidad de nuestros pecados. No obstante, se encuentra a la diestra de Dios como nuestro Sumo Sacerdote, en lugar de enfrentar la muerte eterna. “Entró por su propia sangre en el Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna” (hebreos 9.12). Resucitó de los muertos, lo que demuestra que el Padre aceptó el sacrificio de su Hijo como Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Por lo tanto, aquellos que creen en Cristo como Salvador tienen la seguridad de tener vida eterna. El Señor expresó: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan. 6:37) Además, para enfatizar nuestra seguridad, también declaró: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:40).

Jesucristo fue el primero en resucitar con un cuerpo glorificado. «Los que son de Cristo, en su venida» (1 Corintios 15.23) serán los destinatarios de la próxima resurrección. El cuerpo que recibiremos no será el mismo que tenemos actualmente. Dios nos dará cuerpos gloriosos, libres de pecado y corrupción (1 Corintios 15.50), aunque nuestros cuerpos actuales se deterioran y no pueden entrar en el cielo.

Juan menciona también los cuerpos que han sido resucitados: Amados, somos ahora hijos de Dios y aún no ha llegado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es. Ahora apenas podemos ver a Cristo, pero una vez que seamos liberados del pecado después de la resurrección, podremos ver su gloria.

Podemos afrontar el futuro con confianza, seguridad y perfecta paz gracias a que Cristo se levantó de los muertos.

Nunca atravesamos los valles solos, porque el Señor mora en nosotros por medio de su Espíritu. Para fortalecernos, protegernos, guiarnos y animarnos en el camino, está con nosotros. Y cuando nuestra jornada termine, nuestro Salvador nos estará esperando en el cielo para recibirnos.

Por:
Inmer Ramírez Siebenhor

Inmer Ramírez Siebenhor, es pastor de la Iglesia Bautista, Vida Nueva, Col. Guajitos zona 21, Guatemala; y estudiante del Seminario Teológico Bautista para optar a la licenciatura.

Buscar