Certezas al Iniciar el Año

Comenzar un nuevo año con certezas es una buena manera de empezar.

Al comenzar el 2023, podemos compartir varias certezas.

I. Podemos comenzar el 2023 con la certeza de que Dios manifiesta su profunda inmediatez con todos los seres humanos, cualquiera que sea su situación. Jesús es Dios con nosotros.

Dios está cerca de todos sin exclusión. Dios está cerca de los que sufren, de los perseguidos, de los desesperados, de los heridos, de los marginados, de los débiles, y lo hace con la intención de hacerles bien, obrar por su redención y bendecirlos. Esta certeza de que Dios obra en el mundo con tanto amor es la mayor esperanza que podemos compartir en nuestra sociedad.

II. Podemos comenzar el 2023 con la certeza de Dios obrando a través de su amor, su justicia, su alegría, su paz, su redención, su santidad, su libertad, su verdad.

III. Podemos iniciar el 2023 con la certeza de que Dios invita a las personas y a las comunidades a vivir la vida con sana intencionalidad, sumándose a su obra.

La vida humana es una herramienta que Dios usa de manera asombrosa.

IV. Podemos comenzar el 2023 con la certeza de que Jesús desafía a su iglesia a la misión de hacer discípulos de Él.

La iglesia y los cristianos tienen el desafío de aprender a vivir diariamente como viviría Jesús si estuviera en su lugar.

Esto es posible porque tenemos la certeza del ministerio del Espíritu Santo recordando a los discípulos todo lo que el mismo Jesús les enseña.

V. Podemos iniciar el 2023 con la certeza de la invitación de Dios a pensar todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, admirable, excelente o loable.

Esta invitación de Dios desafía el fatalismo que cierra toda confianza en el futuro próximo, y es al mismo tiempo un «no» a la confianza que se vuelve insensible a las tensiones, dolores y angustias del presente.

VI. Los cambios personales y estructurales que estas certezas pueden generar en la sociedad en su conjunto son increíbles.

Primero debemos descubrir la necesidad de una purificación de nosotros mismos como cristianos y de nuestras iglesias e instituciones cristianas. Podemos debilitar el papel salador e iluminador dejado por Cristo a la Iglesia. Pero no siempre tiene que ser así. Es posible superarlo. 

Por:
Tomás Mackey

El Dr. Tomás Mackey, argentino, es pastor de una de las Iglesias Bautistas más grandes de Buenos Aires, y es el actual presidente de la Alianza Mundial Bautista.

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