(Mateo 5: 16)
Al comenzar el año 2024 les propongo desafiarnos mutuamente a vivir las buenas obras que iluminen a los seres humanos y glorifiquen a Dios.
Las que ahora mencionaré no son las únicas buenas obras que podemos realizar, ustedes tienen otras, y juntos, en el nombre de Jesús y con el poder del Espíritu Santo, podemos comprometernos a realizarlas siendo de este modo mejores discípulos de Jesús.
Comencemos:
1. Lograr una comprensión profunda y una vivencia y comunicación efectiva de los propósitos de Dios. Jesús dijo: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» (Juan 17: 3)
2. Formar discípulos cristianos creando una comunidad eclesial más informada y empoderada capaz de impactar positivamente en la sociedad.
3. Integrar a las iglesias en el espacio público fomentando un enfoque holístico en el abordaje de la vida personal y social.
4. Experimentar en profundidad el poder transformador del Evangelio mostrando que es una verdad pública.
5. Renovar y fortalecer la vivencia del amor, la alegría, la justicia, la verdad, la paz, la compasión de Dios.
6. Elaborar un programa eclesial intergeneracional incorporando a las nuevas generaciones.
7. Involucrar a los cristianos en el desarrollo de los planes de estudio escolar, fomentando la visión cristiana de la vida y los valores del Evangelio. Pablo dice: “No me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios” (Romanos 1: 16).
8. Fomentar la comprensión, y la resolución de conflictos en los contextos de gran pluralismo, incluyendo el religioso, trabajando por la libertad religiosa. Con frecuencia la sociedad queda expuesta a polos ideológicos extremos y divisivos, allí es donde se debe trabajar para construir una comunidad con cohesión social.
10. Procurar un equilibrio entre el individualismo contemporáneo y el sentido de comunidad y de responsabilidad compartida que enseña el Evangelio. Debemos lograr la adecuada simultaneidad entre diversidad y unidad dentro de la propia iglesia para que esa dinámica sea un referente en todos los ámbitos de la cultura.
11. Superar la corrupción en cualquier nivel de la vida fomentando un entorno social más saludable, justo, ético, reconciliado.
12. Abordar integralmente la pobreza a nivel local y global, promoviendo un mundo bajo las perspectivas del Reino de Dios.
13. Ofrecer respuestas relevantes y significativas a los desafíos contemporáneos mientras navegamos las presiones culturales con el coraje de ser testigos fieles.
14. Fomentar la responsabilidad y la participación de toda la población en la toma de decisiones fundamentales de la sociedad, ofreciendo de ese modo, un antídoto contra la demagogia, los totalitarismos y las arbitrariedades.
15. Brindar cuidado pastoral a las familias, trabajando por la estabilidad, el apoyo emocional y los valores compartidos dentro de la estructura familiar.
16. Ser una fuente de sanación y restauración de aquellos que viven en continuo sufrimiento.
17. Ser sal y luz en el mundo, «Tributando a Dios, oh familias de los pueblos, tributando a Dios gloria y poder. Dando a Dios la honra debida a su nombre…» (Salmo 96: 7-8).
En nombre de la Alianza Mundial Bautistas y de los bautistas en 130 países del mundo, les deseamos para este 2024 que «La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.» (2 Corintios 13: 14).
Tomás Mackey, es teólogo y pastor de una iglesia grande en Buenos Aires, Argentina, actualmente es el presidente de la Alianza Mundial Bautista.
Suscríbase al boletín de de noticias, recibirá actualizaciones de la revista Electrónica, noticias y eventos de la Convención de Iglesias Bautistas de Guatemala