Tocar Fondo

La mayoría de las personas hemos tocado fondo alguna vez en la vida. Es una sensación de sentirse hundido y sin posibilidad de salir de donde uno se halla. Es una situación difícil, pero el salmista busco a Dios, esperó en Dios, confió en Dios, y Dios obró en su favor.

Esta sensación puede ser originada por una crisis, un diagnóstico crítico, una circunstancia que nos ha llevado al límite de nuestra capacidad, y surge una sensación de incapacidad para salir de donde estamos, de sentir que se ha fallado, y los sentimientos que surgen al tocar fondo, producen la desesperación que se alimenta continuamente de desánimos, de desesperanza, de fracaso, de culpabilidad.

Cuando se ha tocado fondo, la opción es mirar hacia arriba, es de tener la disposición para levantarse nuevamente, de empezar a sobreponerse a la situación donde nos hallamos y dejar lo que corresponde a Dios para que obre en nuestro favor. Para ello, hay que pedir perdón a Dios si hemos sido desobedientes a su dirección, además, debemos recordar que Dios es Omnipotente, que tiene poder para poder ayudarnos en cualquier circunstancia de la vida.

Jesús salió victorioso sobre la muerte y el pecado, y todo está sujeto a Él y depende de Él, por lo tanto tiene la capacidad de ayudarte a vencer cualquiera que sea la situación que te ha llevado a la desesperación.

Cuando hemos tocado fondo, debemos recordar que nada en la vida sucede por casualidad si eres hijo de Dios. Y si todavía no eres hijo de Dios, pues, permítele ser parte de tu vida, y sométete a su cobertura, ya que Dios permite que aun nuestros errores más profundos más profundos sean usados para transformarnos y cambiarnos para bien, de modo, que si te sientes abajo y tocando fondo, mira hacia arriba, Dios te levantará con su mano y transformará tu situación para su gloria.