(Mt. 20:23)
Mateo 20:20-28
El dilema de quien estará cerca de Jesús: los apóstoles Juan y su hermano querían el lugar de honor al lado de Jesús, y se lo piden por medio de la madre de ellos. Los demás apóstoles se molestan con ellos: ¿por qué? ¿Era incorrecta su petición? Los demás apóstoles se molestan porque todos quisiéramos ese lugar: queremos estar cerca de Cristo, pues todo aquel que es redimido por El, sabe que nunca encontrará mayor amor que ese.
Pero el lugar de honor en el Reino, y cómo funcionan las cosas en el Reino de Dios son muy diferentes a la tierra.
En la tierra la envidia puede hacer llegar muy lejos a alguien, el orgullo y la soberbia tienen su beneficio material. Los gobernantes de la tierra son los más engreídos del mundo.
Nuestro Señor nos muestra el verdadero sentir y determinación en el Reino de Dios: pues aquí lo importante es la humildad, la entrega, el sacrificio, el olvido personal y el abrazar el beneficio a los demás.
Qué pena que la iglesia actual premia los nombres de hombres, y no por su calidad moral y vida. Qué pena que las personas se dejen llevar por títulos que al compararlos al carácter de Cristo son insignificantes.
¿Quieres ser grande en el Reino de Cristo? Observa lo que dice el Señor: «¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?» 20:22. Aquellos que son grandes: son los que SUFREN junto con Cristo. ¿Todos estos que tienen grandes nombres en el mundo, están sufriendo el sacrificio junto con Cristo? ¿Están dispuestos a sufrir junto con Cristo? ¡¡CLARO QUE NO!!
Este es el llamado para la iglesia: que vuelva a su sacrificio, a beber la misma copa de Cristo y a sufrir su mismo bautismo. Pues el propósito de la iglesia que Cristo fundó es el servicio y la entrega personal e incondicional: «y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo» 20:27.
Los Grandes hombres de Dios, lo fueron porque se entregaron a algo superior a ellos. No buscaban alabarse a ellos mismos o que los otros los glorificaran. Solamente buscaban la exaltación de Dios, y participaban de la esperanza de la venida de Cristo y la salvación.
Los grandes hombres de Dios, se hacen pequeños, es el Señor quien se exalta en ellos. Es Dios quien manifiesta su glorioso resplandor en ellos. Ojalá algún día, la iglesia de hoy entienda.
Pablo David Estrada, se graduó en nuestro Seminario Bautista (abanderado), como Profesor de Teología. Es pastor de la Iglesia Bautista Getsemaní, Bo. La Parroquia, zona 6, Guatemala; y sigue sus estudios ministeriales.
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