Por Essio Ramírez Azurdia
Hay un pasaje bíblico, que se predica por si mismo, este es Romanos 12:14-21. Nos muestra las acciones del amor, y de las cuales cada uno de nosotros debemos examinarnos, para saber en cuales estamos fallando, y en cuales hemos avanzado en los interese del reino.
14.-Bendigan a los que los persiguen; bendigan y no maldigan.
15.-Gócense con lo que se gozan; lloren con los que lloran.
16.-Sean unidos entre ustedes, no altivos, sino asociados con los humildes. No sean sabios según su propia opinión.
17.-No paguen a nadie mal por mal; procuren lo bueno delante de todos los hombres.
18.-Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, estén en paz con todos los hombres.
19.-No hagan venganza por su cuenta, amados míos, sino dejen lugar a la ira de Dios; porque escrito está: ‘Mía es la venganza, yo pagaré’, dice el Señor.
20.-Así que, si su enemigo tiene hambre, dele de comer; si tiene sed, dele de beber, pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.
21.-No sea vencido por lo malo, sino venza con el bien el mal.
Cuando nos oponemos a estos mandamientos, nos estamos oponiendo a la voluntad de Dios. Recordemos que el Espíritu Santo quiere trabajar con nosotros, por medio de florecer estos frutos, para bien de nuestros próximos.
Nuestras reacciones ante el mal que nos hagan otras personas, no es lo que debe contar, yo le invito a que se deje guiar de forma ilimitada por el Espíritu de Dios, y no por las actitudes del hígado, de la carne. No digamos: “Déjamelo Señor, esto lo arreglo yo”. Es el Señor el que da respuesta, retribución o venganza. Busquemos estar en paz con Dios, y por consiguiente con el prójimo.
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