¡Peligro! Enemigos que Destruyen el Matrimonio, Evítelos

Por Julio Abel Sotz

“Honroso sea en todo el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (He. 13: 4)

INTRODUCCIÒN
EL Rey David exclama; como indica el Salmo 51: “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado”.

Había, lastimado su vida personal, arruinado su comunión con Dios, destruido la familia de unos sus súbditos, traicionado los preciosos votos de su vida matrimonial, degradando el matrimonio a un contrato pasajero, que en voz de los profetas es un pacto divino.

David, ahora era como un objeto sin valor, producto de haber sido dominado por los deseos de su carne, como vil objeto arrastrado por el pecado, probablemente ante el hijo producto de aquella relación fuera de la voluntad de los lazos sagrados del matrimonio, amargamente pide a Dios que le limpie, era víctima de unos de los pecados históricos del mundo, el adulterio; este cuadro no solo se ha dado en la historia, en medio de la modernidad de hoy, muchos hombres cometen este pecado, ocultándolo, añadiendo la negación del mismo, sabiendo que dicho acto no es aprobado por Dios. Destruyendo su comunión familiar y con Dios.

Este articulo tiene el objetivo de comentar algunos de los enemigos del matrimonio a la luz de la Biblia, recordando que hay que evitarlos, para no destruir el matrimonio, lastimar esposo (a) e hijos y por sobre todo dañar profundamente la comunión con Dios, veámoslo:

I. EVITAR EL ADULTERIO QUE NO AGRADA A DIOS … y a los adúlteros los juzgara Dios.

El pasaje de Hebreos 13: 2, indica dos enemigos, fornicación y adulterio, empecemos con el segundo: en palabras de Cristo, el matrimonio, es constituido por un hombre y una mujer, indicando que fue creado para que los que se unieran fuera para siempre, el pasaje mencionado indica que el hombre tiene que tener en alta estima al matrimonio, valorarlo en un alto grado, ser lo más preciado. Luego va una palabra conectiva de advertencia, aparece el vocablo: Pero.

Inicia con la palabra, Pero; es una señal de peligro, en forma gramatical es un nexo adversativo, que como los lugares de riesgo indican peligro, en este caso el peligro se refiere al Adulterio. Recuerde uno de los pecados inmediatos presentados en Génesis (4:9) producto del que el hombre pecó: “Y Lamec tomo para sí dos mujeres, Lamec rompe el precepto divino de una sola mujer, no indica casamiento, tomo para sí, y en forma burlesca exclama: “Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: “Que un varón mataré por mi herida, y un joven por mi golpe. Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será.” (Gn. 4: 27-28).

No solo vivía en el pecado del Adulterio, con soberbia exclamaba su pecado como si fuera un acto de lujo, importándole poco lo que la Sociedad y Dios dijeran, no caigamos en tal situación y recuerde lo que palabra indica en Eclesiastés (11:9) “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

Cuidado si vive en esa condición, aléjese de ello: recuerde que Proverbios indica que el que mira su pecado y se arrepiente es perdonado por Dios.

Si es consejero o pastor, no realice el trabajo ministerial a solas con damas, en visitas recuerde acompañarse de su esposa, es incorrecto que un varón visite a solas donde están damas solas, por prudencia y testimonio personal, visite a parejas o cuando la familia esta junta eso es saludable.

II. EVITE LA VIDA DE SENSUALIDAD. v 4. fornicarios

El vocablo fornicario da la idea de aquel que vende su cuerpo para actividad ilícita, prostitución, al casado llama a evitar vida sexual fuera del matrimonio, al joven a cuidar su cuerpo y mantenerse puro hasta el matrimonio, diciendo no a las relaciones sexuales fuera del matrimonio, recuerde este enemigo es histórico, por ello San Pablo Habla del tema en 1 Corintios, 6: Literalmente transcribo el pasaje: 15 “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. 16 ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. 17 Pero, el que se une al Señor, un espíritu es con él. 18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca.”

Por favor huya salga corriendo de tan viles pecados, y vuélvase a Dios.

III. DIGNIFIQUE SU MATRIMONIO
Mentalmente, honre, tengan en alto valor, de mucha estima su matrimonio. En la vida cotidiana separase de todo aquello que le pueda inducir a tales pecados que son perjudiciales a la vida matrimonial. Si acaso estuviera cometiendo dicho acto sepárese de tal pecado.

Mantenga una vida pura. No lastime su propia vida, ni la vida de su esposa, al contrario, ámela, hónrela y respétela de igual manera se le pide a la mujer, a valorar la vida matrimonial, respetando a esposo e hijos. No espere que las desgracia personal o familiar que conllevan estos pecados, le hagan arrepentirse, mejor pida un corazón sensible, de arrepentimiento vuélvase a Dios como el profeta lo indica: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. (Is. 55: 7).

RESUMEN
No caiga en los enredos de estos pecados, Recuerde lo que indica Apocalipsis: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Ap. 21: 8)

INVITACIÒN
Dejo en su corazón, dos pasajes Bíblicos a manera de Vivir en Comunión plena con el Señor: “El que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” (Pr. 28: 13).

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (He. 4: 14-16). Dios le bendiga.