Gálatas ha sido llamado “El Libro de la Gracia” y Pablo no lo comienza, como los de los otros destinatarios, con alabanza a Dios y oración por los creyentes. No había espacio para ello, ya que, en esta epístola, era urgente presentar la verdad del evangelio y la libertad en Cristo, contra falsos maestros que difundían una doctrina sincretista entre la ley y la gracia.
En Gálatas 1, el apóstol Pablo declara primero, la gracia de Cristo (Ga. 1:1-10); y segundo, el testimonio de la gracia en su propia vida (Ga. 1:11-24). Él puede exclamar: “¡Somos libres por la gracia de Cristo!” (nota del editor).
Gálatas 1:6
«Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente»
El evangelio y la salvación no es para los que se desvían de la verdad y la constancia del Camino. Solo quien persevera en la fe, encuentra la salvación y la Vida Eterna. Todavía la gente piensa que si escucha «apóstoles» y «profetas» escucharán y estarán cerca de Cristo.
Pero a Cristo le encuentra quien persevera y guarda la fe que recibió desde el principio.
Gálatas 1:15
«Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia».
Llama la atención este versículo, hay muchos detalles en él. Pero al contemplarlo en general algo surge: «apartado» pero llamado por «gracia».
Al ser apartado, Pablo entiende que ha sido predestinado. Pero el favor de Dios, o la Gracia fue la que le llamó a la salvación y servicio.
Pablo es llamado porque debe servir a Cristo, pero Dios nunca será obligado por la predestinación. El Favor y la Piedad de Dios opera, no de forma ajena a su Plan, sino en pro de su Plan. La predestinación se sirve de la Gracia, la Gracia perfecciona el Plan Divino; porque lo llena todo de la infinita misericordia de Dios para los despreciados.
Así pues, si somos predestinados para Cristo, significa que su Gracia siempre estará a nuestro favor, así como su misericordia, ternura y piedad. Es bondad y es una promesa, es paciencia, pero con propósito. También es afecto, pero con determinación.
Dios nos ama para que le sirvamos; determinados por su Plan llegamos a comprender la profundidad de su Amor.
No deja que nos apartemos de Él, porque nos amó de pura Gracia. Ambas conviven en Dios. Para las personas estas son excluyentes, pero no para Dios.
Pablo David Estrada, se graduó en nuestro Seminario (STBG), abanderado, como Profesor de Teología. Es pastor de la Iglesia Bautista Getsemaní, Bo. La Parroquia, zona 6, Guatemala; y sigue sus estudios ministeriales.
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