(1 Crónicas 11: 1-47)
INTRODUCCIÓN:
En este pasaje observamos que todo Israel o (el remanente) vino a David en Hebrón. Los líderes de las tribus restantes se reunieron e hicieron un pacto con David ante la presencia de Dios, haciendo a David rey sobre todo Israel, no solo en Judá. David llevó a Israel para la toma de la ciudad de Jerusalén. Aunque los que vivían ahí pensaron que David nunca podría entrar en Jerusalén.
BUSCANDO AL LIDER. Sin embargo, David dijo que cualquiera que fuera lo suficientemente fuerte como para ser el primero en matar a uno de los habitantes de la ciudad, se convertiría en su comandante en jefe. Joab fue el primero y se convirtió en el jefe (v. 6). Joab caminó junto a David en su llamado. Nos hace preguntar la manera en que esa motivación de Joab se transmitió a los demás. Curiosamente, Joab era hijo de Sarvia, la hermana de David según (1. Cr. 2:15, 16), por lo que Joab era sobrino de David.
LOS VALIENTES DE DAVID. La palabra “valiente” significa fuerte o poderoso, esto enfatiza excelencia o calidad. El versículo 10, presenta a los valientes de David. Joab era el comandante, a David se le dieron hombres fuertes, porque batalló en el campo junto a ellos. Los líderes tienen que estar dispuesto a trabajar en equipo y hacer lo que sea necesario para salir victoriosos.
Los valientes de David lo rodearon, lo protegieron, pelearon con él, y lo ayudaron a cumplir su llamado.
TRABAJO EN EQUIPO. Tres de los 30 hombres principales se dirigieron a David en la cueva de la peña de Adulan cuando los filisteos estaban en Belén (vv. 15-16). David estaba agotado y sediento de agua del pozo de Belén, por lo que los tres guerreros se escabulleron a Belén para conseguirle agua (vv. 17-18). Pero David no acepto beber el agua, la derramó para el Señor. La razón de David para esto se encuentra en el versículo 19, no podía aceptar ese refrigerio porque sus hombres habían arriesgado sus vidas sólo para el bien de David.
Nuestro Señor Jesucristo tenía sus doce discípulos que estuvieron a lo largo de casi 3 años de ministerio, aunque uno de ellos perdió el camino. El apóstol Pablo también tuvo a Timoteo, Bernabé, Juan Marcos, Silas, Erasto y Lucas.
CONCLUSIÓN. La pregunta es, si nosotros como pastores, como líderes en nuestras iglesias, estamos suficientemente comprometidos como para asumir cualquier riesgo, dejar el agotamiento pasado, para poder ignorar otras opiniones y seguir a Dios; para tener la fuerza y la sabiduría de tomar la iniciativa, y estar dispuestos a arriesgar nuestras propias vidas por el llamado de Dios.
El Lic. Joel González es pastor de la Iglesia Bautista Luz de Vida, Bárcena, Villanueva; vicepresidente de la CIBG; y vocal de la junta directiva de E3 Voluntarios.
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