La Verdadera Libertad

"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres".

(Jn.8:36)

El pasaje de Juan habla de la libertad del pecado. Por lo tanto, se puede inferir que el conocimiento de la verdad conduce a la liberación del pecado. Es necesario distinguir claramente entre «Creer» y «conocer». El primer paso es «creer», pero «conocer» es un proceso que ocurre al permanecer en la Palabra.

Pablo pide a los hermanos que aprendan más. Ya han creído, pero necesitan más información. Esto se describe en Colosenses 1:9-10.  Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; Es un conocimiento espiritual y no solo mental. Este es el conocimiento que permite la libertad.

El profeta Oseas dice que su pueblo fue destruido debido a su falta de conocimiento. Mas adelante afirma: «Conoceremos y seguiremos conociendo a Jehová» (6:3). En este caso, el conocimiento se refiere al conocimiento de Dios. No hay progreso espiritual si no se posee este conocimiento. El conocimiento de la verdad (Cristo) es lo que libera,

Las palabras de Jesús nos llevan a la conclusión de que hay una libertad falsa en el mundo que se origina en el pensamiento humano y una auténtica en el evangelio basada en la persona de Cristo. Solo el Hijo de Dios puede otorgarnos la libertad verdadera, según el evangelio. Pablo nos recuerda que debemos mantenernos firmes en la libertad que Cristo nos otorgó y evitar volver a ser esclavizados.

El concepto de libertad en el mundo es incorrecto, ya que lo que se busca es utilizar la libertad para cometer pecados. Jesús claramente nos advierte: «Realmente les digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado». En realidad, sus acciones demuestran que son cautivos de todas las manifestaciones del mal. Fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes. Hay que comprender que no hay nada parecido a la verdadera libertad en los conceptos mencionados, sino que por el contrario es una clara esclavitud, para dañar, no solo a nuestros semejantes, sino ofender a Dios que ordena y advierte que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Jesús nos dice que la libertad cristiana nunca puede ser utilizada como excusa para hacer el mal, porque volveremos a las ataduras y la esclavitud del pecado.

Por la Biblia sabemos que es en Cristo que tenemos la verdadera libertad: «Por tanto, si el Hijo os libera, seréis verdaderamente libres. La libertad en Cristo no está bajo la ley ni bajo la carne», sino guiada por el Espíritu de Dios: «Donde está el Espíritu de Dios, tenemos verdadera libertad en Cristo todos los días, libertad del pecado, de la muerte y del infierno». Ahora sabemos la verdad y esa verdad nos hace libres (Juan 8:32).

Cada día estarás tentado a rechazar los hermosos regalos que Dios te ha dado. Mientras oras, recuerda entregar estas tentaciones, tus pecados y tus cargas a Jesús para que las lleve cada día. Cuando sigues Sus instrucciones y vives una vida pura y santa para Él, puedes decir con valentía: «Caminaré en libertad, porque tus mandamientos busco» (Salmo 119:45). ¡El Espíritu Santo pondrá en tu corazón el deseo de seguirlo y te ayudará a florecer mientras caminas en libertad!

Por:
Immer Ramírez Siebenhor

Immer Ramírez Siebenhor, es pastor de la Iglesia Bautista Vida Nueva, Col. Guajitos, zona 21, Guatemala; recién concluyó sus estudios de licenciatura en Teología, en nuestro STBG y prosigue por una maestría teológica.

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