Juventud e Identidad Bautista

INTRODUCCIÓN.  Pablo le da este consejo a uno de sus tres jóvenes discípulos más populares en la Biblia: Tito (los otros eran Timoteo y Juan Marcos). Jóvenes fueron los colosos guardianes, que han dado lugar a nuestra identidad. Véase tres casos en tres épocas diferentes (aparte de los tres discípulos escogidos por Jesús: Simón, Juan y Jacobo).

I.-LOS ANABAUTISTAS. Apodados así, porque bautizaban a los adultos o personas que ya tenían razón para creer, mientras que la iglesia oficial, bautizaba a los infantes. Anabautista significa “rebautizador”.

Tres jóvenes discípulos del reformador Ulrico Zwinglio, destacan en el movimiento: Felix Manz (quemado en la hoguera); Conrado Grebel (escribió: “Cartas a los Hermanos” con la doctrina que sostenían); y Jorge Blaurock. Versados en hebreo, griego y latín. Estudiaban en la universidad de Zurich, Suiza. Zwinglio los apoyaba, pero al buscar el consejo del gobierno citadino, se apartó y los abandonó. Ellos fueron fieles a sus convicciones. 

Miles de sus seguidores murieron quemados, torturados, ahogados (ya que les gusta el agua), y se dispersaron por toda Europa, hasta hallar refugio en Holanda. Allí, Menno Simons, un ex sacerdote católico convertido a Cristo, los reunificó y fueron apodados “Mennonitas” por el nombre del líder.

II. LOS BAUTISTAS. Un siglo después de los Anabautistas, surgen varios grupos que se separan de la Iglesia de Inglaterra, ellos, Presbiterianos, Congregacionales, y Bautistas; llamados “puritanos” por desear purificar la Iglesia Anglicana.

John Smith, un prestigioso teólogo de la Universidad de Cambrige, con los jóvenes Tomás Helwys y Juan Murton, formaron iglesias separatistas, pero al ser perseguidos en Inglaterra, huyeron a Holanda, donde había más tolerancia religiosa. En Amsterdan, por la influencia Anabautista, fundaron la Primera Iglesia Bautista en 1609. Más tarde John Smith, creyó conveniente unirse a los Menonitas o Anabautistas, mientras que los jóvenes Helwys y Murton seguían como “bautistas”. La iglesia pues, se dividió y los líderes juveniles retornaron a suelo inglés, donde organizaron la Primera Iglesia Bautista inglesa.

Tomás Helwys, el joven abogado luchó por la “Libertad Religiosa”, enviando al rey un folleto al respecto, titulado “El Misterio de la Iniquidad” por lo que fue encarcelado muriendo en prisión. El pastorado de la iglesia lo tomó Juan Murton, quien siguió la misma petición y la misma suerte de su compañero. Más, las iglesias bautistas se propagaron por todo el territorio británico.

III. GUATEMALA. La Iglesia Evangélica Independiente, se separó de la Iglesia Centroamericana en 1928, pero para 1939, los jóvenes entre 13 y 20 años fueron sabiamente preparados por el pastor Rodolfo Cruz Aceituno, para forjar un semillero de líderes en la nueva misión. Él era de fuertes convicciones cristianas con tendencia a la postura bautista. Cuando el pastor Cruz Aceituno, fue llamado a ser profesor del Seminario Bíblico Latinoamericano y pastor de la Iglesia Bíblica en San José, Costa Rica, los jóvenes quedaron al frente de la obra (1945). Ellos, con la literatura de la Casa Bautista de Publicaciones estudiada, dieron el cambio hacia esta posición en 1946.

Entre los que estudiaron en el seminario y sirvieron como pastores en la transformación, estaban los Hnos. Carlos y Luis Quilo, Francisco Meléndez, Rubén Rosales, Adalberto Santizo, Rubén Rosales y Daniel Moscoso. ellos sufrieron juicios, pero Dios les otorgó una larga vida de ministerio en las iglesias y en la Convención de Iglesias Bautistas de Guatemala, hasta verla crecer y madurar.

CONCLUSIÓN. Es interesante notar, que mientras los líderes adultos tomaron otro camino, por diversas circunstancias, los jóvenes discípulos siguieron el reto de la dirección de la obra que quedaba en sus manos, firmes y leales. Estos jóvenes, sufrieron persecución y calumnias, pero permanecieron en su postura bíblica. Hasta lograrse un movimiento sólido y creciente. Quiera el Señor, que los jóvenes de las iglesias actuales, asuman retos y compromisos que sean dignos de ser llamados “siervos fieles” dentro de nuestra identidad.  

Mensaje expuesto en el Campamento Anual del Ministerio Juvenil Bautista, en San Lucas Sacatepéquez, en 2019.