Incarnatum

JN. 1:1, 14; 10:30; 14:6-7, 9-11, Fil. 2:11-5.

Se precisaba un glorioso evento
con funciones de la Trinidad:
El Hijo de Dios se encarna en Jesucristo,
por el poder del Santo Espíritu …
asume obediente naturaleza humana,
para reconciliar al humano extraviado.

Para que Dios sea carne, ha de ser carne,
con humanidad normal
que viva y obre con las leyes del planeta.

Nace en el odre de una virgen,
crece en una familia ordinaria,
tiene necesidades humanas:
comer, vestido, refugio, descanso …
labora como aprendiz de carpintero,
siente necesidades y emociones terrenas.

Hasta entonces, Emanuel oculta
en su esencia corpórea su divinidad,
no percibida hasta que llega su tiempo,
tras Caná de Galilea sorprende.

El celo que lo consume por la casa santa,
muestra que sigue morando en carne,
más, de allí vive puramente
para el propósito de su ministerio:
como hombre, sostiene la obra de su deidad.

Nos entendió, sufrió dolor intenso,
mostró señales punzantes en sus manos.
Modelo que atrae al hombre
al camino, la verdad y la vida.

Por:
Edgar Armando Díaz

El Arq. Edgar Armando Díaz, es miembro de la Iglesia Bautista Bethania, Bo. San Pedro, zona 5, Guatemala; Es el director de esta revista y ha escrito cantidad de artículos y poemas de carácter bíblico

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