Escribe en un Libro Lo Que Ves.

“Que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”.

(Apocalipsis 1:11)

El inicio de todo libro debe ser la apertura de su contenido, una breve muestra de la intención y razón de su existencia. El inicio de Apocalipsis no es diferente. Su Autor: es el Todopoderoso, el Hijo de Dios que da vida a todas las cosas, el Primero y el Último, el que todo lo llena y sostiene. Jesucristo cuyo nombre es Excelso.

Este no es un libro de Buenas Nuevas. Es un libro de Justicia, de Santidad. Es un llamado a la obediencia perfecta: pues, aunque el Autor es bondadoso, el tiempo viene en que dará el pago justo a todos. Las buenas nuevas son para los que lloran, para los afligidos, para los pobres de espíritu, para los que sufren persecución por Aquel de nombre Excelso.

Así que la presentación no es cálida; la presentación es Sublime, profunda y específica. Es la presentación que daría un rey, en cierto sentido, es oficial.

Este libro está certificado por la Gloria de Aquel que habla con gran esplendor. Además, es urgente y vital, en sus sentidos: hay mucha gente muriendo, siendo afligida y algunos perdiendo la fe. Se contrasta el esplendor que Juan ve con la realidad que vive: esto para que los Santos entiendan que su propósito es más grandioso en comparación a las dificultades que deben enfrentar.

¿Como ven los creyentes a Cristo? Lo ven como un rabino, un pastor, alguien humilde. ¿Pero cuantos lo ven como lo vio Juan? Con esto quiero decir: cuantos se sujetan a Él. Debemos contemplar a nuestro Salvador en este sentido: Él es nuestro Comandante, es nuestro Dirigente, Él es mayor que este mundo por eso no debemos temer a este mundo.

Él nos conoce, Sabe lo que hemos hecho y como lo hemos hecho, conoce hasta lo más íntimo de nuestros sentimientos y propósitos. Nada está oculto a su Saber.

Y cuando estemos ante Él, nos exigirá cuentas; demandará el fruto por todo aquello que Él nos dio, nos examinara si somos siervos dignos y predilectos de su Majestad. El Libro ya fue escrito