Consejos de un Niño a sus Padres

Papá, mamá, ustedes saben que yo vivo pidiendo cosas. A veces cosas tontas. Otras veces egoístas. Pero hoy les pido que me escuchen. Cuando estoy frente a ustedes he querido decir esto tantas veces, pero nunca me he atrevido. Ahora lo hago y espero que me entiendan.

Por favor, no boten estos consejos, ¡guárdenlos! Y todas las veces que se sientan confundidos, por como yo me comporto, léanlos de nuevo. Allí encontrarán la manera de comprenderme y de tratarme. Yo sé que ustedes me aman y desean lo mejor para mí. Yo también los quiero mucho.

No me consientan, yo se muy bien que no puedo tener todo lo que pido. Sólo los estoy probando.

Sean firmes conmigo, no tengan temor de hacerlo. Yo lo prefiero porque me hace sentir más seguro.

Al utilizar la fuerza conmigo; me enseñan que la violencia es lo que cuenta.

No sean inconsistentes. Eso me confunde y me hace salirme siempre “con la mía”.

Si hacen promesas por salir de mí; me siento mal cuando no me cumplen, y yo trataré de hacer lo mismo.

Hagan caso omiso a mis provocaciones, que digo para molestarlos. Si no, me animan a volver a hacerlo.

No se alteren si digo que “no los quiero”. No lo siento así, lo digo por algo que me han hecho o dicho.

No hagan por mí lo que yo puedo hacer. Me hace sentir como bebé, además de que no aprenderé nada.

Si me hacen sentir que mis malos hábitos les llaman la atención; me alimentan a repetirlos.

El corregirme delante de otras personas es malo; yo les haré caso si hablamos tranquilamente a solas.

Mis errores no son pecados; Yo tengo que aprender a corregirme, no soy pecador al cometer errores.

Si me regañan constantemente, eso hará que yo me proteja haciéndome el sordo.

No me pidan largas explicaciones por mi mala conducta; yo realmente no sé porque lo hago.

Recuerden que a mí me gusta experimentar; así es como aprendo.

No me rechacen cuando hago preguntas honestamente. Si no, buscaría en otros las respuestas.

Las cosas que para ustedes son sencillas de entender, recuerden que para mí son complicadas.

No me hagan creer que son perfectos e infalibles. Sufro un golpe duro cuando descubro que no lo son.

Muéstrenme que son valientes, que mis temores no aviven sus ansiedades, y así no aumentar mi miedo.

Sobre todo, recuerden que, para crecer, necesito de mucho estímulo y comprensión.

Yo aprendo más de un modelo que de un consejo o una crítica.

Los quiere su hijo ….