(Lc.3:9-10)
Is. 40:1-5 y Lc. 3:1-10
En la antigüedad los viajes de los reyes eran en carretas o carruajes, y algunas brigadas se adelantaban para revisar los caminos por donde el cortejo real pasaría, para hacer las reparaciones necesarias, y cuidar los aspectos de seguridad.
Este capítulo del Evangelio de San Lucas comienza describiendo el momento histórico, político, y religioso, cuando este mensaje llegó a la tierra, destacando con ello, lo trascendental del tiempo para la cristiandad y la humanidad (Jesús, 29 años de edad aproximadamente).
I.-EL MENSAJERO O COMUNICADOR (Heraldo del Mesías). Juan fue el profeta de avanzada que llegó al pueblo de Israel como “La voz que clama en el desierto” con un mensaje de Dios, para cumplimiento de la profecía revelada ampliamente a Isaías (40:1-5) y Malaquías (3:1).
Es interesante que el mensaje celestial para el pueblo de Dios ‘Pueblo mío’ no llegó a Roma o a Jerusalén, ni a los grandes líderes religiosos de la época (Anás y Caifás), sino a un hombre humilde llamado Juan, dando a entender que Dios es Dios de humildes, según lo confirmó nuestro Señor Jesucristo (Mt. 11:9-13) y lo ratificó el mismo Juan el Bautista (Jn.1:23).
Los mensajes revelados de Dios, se reciben y entienden mejor, cuando la persona está en ‘el desierto’ del quebrantamiento, la soledad, el temor, o la adversidad, como le aconteció al pueblo de Israel, a Moisés, a David, y otros, según lo declara Oseas 2:14; y cuando se enfrentan tiempos de prueba, o se viven momentos de intensa comunión espiritual.
II.-EL MENSAJE (Oportunidad para arrepentimiento y perdón). El mensaje de las buenas noticias de parte de Dios (Is. 40:1-2) hablaba de la preparación de la vida, para identificar sin obstáculos al Mesías Salvador que estaba pronto a manifestarse, y tanto Isaías como San Lucas, hablan en detalle de las acciones a tomar como preparación para tal acontecimiento: ‘Frutos visibles del arrepentimiento’.
Enderezar lo torcido, completar lo faltante, desechar lo sobrante, Y suavizar lo endurecido para recibir el perdón del pecado.
La profecía demandaba que el pueblo de Dios debería de efectuar esas acciones, antes de “ver la manifestación de la gloria de Dios”.
III.-EL MISMO MENSAJE ESTÁ VIGENTE. Actualmente, en muchas iglesias, se predican más mensajes de tipo comercial que espiritual, porque piden inversiones para alcanzar “soluciones”; pero no hablan mucho de la solución del mayor de los problemas humanos, que es el pecado sin arrepentimiento.
El mensaje original habla de “Tomar una cruz” y debajo del peso de ella, obedecer y seguir con fidelidad a Jesús, según San Lucas 9:23-24, en donde también habla de: “Perder para ganar y Morir para vivir”.
Hoy, hay tantas señales que indican que el regreso de nuestro Señor Jesucristo está cerca, porque desde que se anunció por primera vez, han transcurrido veinte siglos, por lo cual es urgente el arrepentimiento visible, a través de CAMBIOS y acciones justas en los cristianos, para poder ver “La salvación de Dios”.
CONCLUSIÓN. Es urgente que los creyentes como heraldos, como buenos comunicadores anunciemos el regreso del Rey Jesús, para que muchas familias (incluyendo las nuestras) puedan arreglar sus vidas delante de Dios, a bien de recibir un corazón y un espíritu nuevo, antes de que la gloria del Señor se vuelva a manifestar. (Ez. 36:26-27).
No desprevenidos como los antiguos en tiempos de Noé y Lot (Lc.19:27-30; Jn.1:10-11), sino prevenidos (Lc.21:34).
Jorge Morales Villatoro, es pastor de la Iglesia Bautista “Jerusalén” de San José los Pinos, Mixco. Fue presidente de la CIBG y de la Alianza Evangélica de Guatemala.
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