Bajo Nueva Autoridad

Un joven de familia acaudalada se enlistó para ingresar en la marina de guerra de los Estados Unidos. El día de inicio el padre lo fue a dejar en su lujoso carro, y lo despidió con un beso. El joven entró en el cuartel con su equipaje al hombro y lo recibió un oficial de la marina, haciendo sonar sus tacones, estrechándole la mano vigorosamente, y con un elegante saludo militar-

De pronto el padre se dio cuenta que no le dejó dinero a su hijo, y regresó al cuartel tratando de abrir la puerta de la garita, pero el oficial no se lo permitió. El entonces reclamó fuertemente: ¡Es mi hijo oficial! Y gritó llamando a su hijo por su nombre, pero el hijo no regresó.

El oficial entonces le informó con respeto y amabilidad: Desde el momento en que su hijo entró por esa puerta, pasó a estar bajo nueva autoridad, porque ahora pertenece a la Marina de Guerra de los Estados Unidos de América.

De igual manera ocurre cuando una persona se entrega con fe, a nuestro Señor Jesucristo, porque pasa a pertenecerle a Él, y a estar bajo su autoridad. ¿Lo sabía usted? ¿Lo ha reconocido como su nueva autoridad? ¿O bajo que autoridad está usted?