Por Salvador Zapeta González
Los 200 años de la independencia política de Guatemala, fueron celebrados con una plaza de la Constitución vacía, al igual que todas las plazas del país; las carreteras serpenteadas sin la juventud recorriéndolas con miles de antorchas; los medios de comunicación transmitiendo de forma diferente, para que la inmensa mayoría de ciudadanos observara desde su hogar los escasos eventos.
Nosotros, los creyentes, debemos clamar, orar por nuestra patria; hablar a nuestros hijos que sólo en Dios hay plenitud de vida; y que ninguna situación especial opacará nuestra familia, iglesia y sociedad. ¿Puede la iglesia contribuir a la independencia integral de la nación? Si … siga en estas tres enseñanzas.
I.- LA IGLESIA DEBE CONOCER LA REALIDAD PRESENTE DEL PAÍS. Así como el enfermo necesita el diagnóstico del médico para buscar la cura. Jesús sabía cuál era su misión ante la realidad, acá en el mundo: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para para proclamar buenas noticias a los pobres, libertar a los cautivos, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos, en el año agradable del Señor”. (Lc.4:18-19).
Se conoce en datos que Guatemala, es en Centro América el país que menos invierte en educación y salud, con un 48 % de desnutrición crónica en sus habitantes. La ONU lo califica como “Un país bajo en desarrollo”. Entre las causas están: el bajo ingreso familiar, ríos y lagos contaminados, tala inmoderada de árboles, 45 % de la población usando leña; el segundo país con más jóvenes muertos por las extorciones y la violencia.
II.- LA IGLESIA ES UN AGENTE DE CAMBIO QUE DEBE ANTEPONERSE CON ACCIONES. (Mt.5:13-16). Debe luchar por preservar el medio ambiente de la destrucción. Debe prevalecer el testimonio cristiano en la sociedad. La iglesia es iluminada por la palabra de Dios, para ser educadora en valores.
Se resalta que, en Guatemala, la Iglesia Evangélica ocupa el primer lugar en confiabilidad (seguida de los cuerpos de bomberos y la Iglesia Católica); por lo que la reconciliación con Dios debe ser demostrada en todos los sectores de la sociedad, tomando en cuenta el gran número de cristianos que hay en el país.
Algo que la gente percibe negativamente, es la división de misiones evangélicas y de conflictos en las iglesias locales, lo cual resulta pecaminoso, porque somos uno en Jesús; por eso, la reconciliación inicia en casa. La Biblia presenta un código doméstico en Efesios 5 y 6, para manifestar que somos la Iglesia de Jesús.
III.- LA IGLESIA ES EMBAJADORA DE CRISTO EN LA INDEPENDENCIA INTEGRAL QUE EL PAIS NECESITA.
2.Co.5:20 dice: “Somos embajadores en nombre de Cristo”. Jesús dijo de sí mismo: “El Espíritu del Señor está sobre Mí”. A la iglesia le compartió de ese Espíritu, de manera que somos representantes ante la sociedad, para mostrar soluciones y no sólo para ser una iglesia de transmisión de almas de aquí al cielo.
El embajador busca la reconciliación por medio del testimonio, con las buenas obras, y aún, con la conservación de la naturaleza. Participemos en el desarrollo sostenible de la patria; enseñemos los valores de bien; fundemos escuelas de paternidad responsable; contribuyamos seguros en bien de la sociedad.
CONCLUSIÓN: Sólo cuando la iglesia cumpla la palabra como sucedía en Hechos, la sociedad cambiará, será transformada. ¡Adelante hermanos! Seamos esa sal y esa luz que bendiga a nuestro país.
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