Fundamentos Bíblicos de la Visión y Misión de la Educación Teológica

La visión y misión de la educación teológica en América Latina epistemológicamente, debe estar fundamentada en (Teo-Dios/logía-estudio) el estudio de Dios. Este estudio se fundamenta en la Biblia. La Biblia es fuente inagotable, Palabra viva de todos los tiempos. La Biblia es el contenido de la educación teológica, por ser fuente de la revelación de la verdad de Dios a toda la humanidad (1). De ella se desprende los siguientes tres fundamentos bíblicos.

EL FUNDAMENTO BÍBLICO DE LA DIVERSIDAD. Si hay alguien que ama y disfruta de la diversidad es Dios mismo. Dios llama y nos usa a todos. Se puede ver en todo lo creado. En cuanto la formación teológica, en la Biblia vemos hombres obreros cómo Pedro, procedente de Galilea (2) y el apóstol Pablo todo un erudito, cuyas epístolas escritas por él, cómo lo dice él apóstol Pedro, “hay algunas difíciles de entender”. De Pablo aprendemos que en el seno de la iglesia hay diversidad de dones y ministerios espirituales. Sabiamente, Dios ha colocado una diversidad de dones y ministerios en su cuerpo que es la iglesia, para que ninguno se quede sin desarrollar el don que ha recibido de parte de Dios.

Tres cartas del apóstol Pablo muestran toda una variedad de dones y ministerios. Sus cartas incluyen siete listas de dones y ministerios (Ro.12:6-8; 1.Co.12:8-10, 28, 29-30; 14:6, 26; Ef.4:11), y no hay dos completamente idénticas. Gordon Fee (3), destaca el uso que hace Pablo de “cada uno” en estos versículos para destacar la diversidad. No cabe duda, a Dios le gusta la diversidad. En la diversidad de dones y ministerios es donde está el potencial que Dios ha dado al cuerpo de Cristo.

EL FUNDAMENTO BÍBLICO DE LA CAPACIDAD. Capacidad se refiere a los recursos y aptitudes que tiene cada persona. Aptitudes naturales e inteligencia. Este fundamento bíblico teológico tiene su base en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30). Dios ha dado a todos los seres humanos diversas capacidades. Todos somos capaces de razonar y comprender todo lo concerniente a lo físico, moral y espiritual del mundo que nos rodea, pero cada uno según el nivel de su capacidad.

Es una bendición de Dios contar con jóvenes; hombres y mujeres con mentes brillantes que tienen la capacidad dada por Dios de leer y retener una cantidad muy grande de información. Aprender los idiomas originales, traducir la Biblia a otros idiomas y realizar exegesis bíblica/teológica. Son mentes brillantes que saben defender (apologética) el evangelio antes muchas mentes vanas que niegan la existencia de Dios y otras herejías análogas. Mientras tanto, otros están dedicados a la música y cantos, otros en las enseñanzas de niños, entre otros ministerios.

EL FUNDAMENTO BÍBLICO QUE INTEGRA LA TEORÍA CON LA PRÁCTICA. Esta tiene su base en la metodología usada por el Maestro de maestros, Jesucristo. Marcos 1:21-22 es enfático al señalar que muchos “se admiraban de su doctrina porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.” No en vano Jesús enseña a sus discípulos a que practiquen y obedezcan la enseñanza de los escribas, pero que no sigan el ejemplo de ellos, porque no practican lo que enseñan (Mateo 23:1-3).

Jesús predicó y luego envió a sus discípulos hacerlo (Marcos 1:14-15; 6:7-13; 16:15). El apóstol Juan en su primera carta relata, que él anuncia lo que vio y oyó del Maestro. Esto enseña que el fundamento bíblico que integra la teoría y la práctica recae principalmente en el Maestro (4). Algunos dirán que ser maestro y ser discipulador, son dos cosas diferentes. Sin embargo, Cristo unificó las dos cosas al afirmar que “el discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro” (Lc. 6:40).

Oportuno es concluir con las palabras de Kasper (5), quien citando a James R. Slaughter, señala que el maestro cristiano debe ser un “discipulador” lo cual requiere cinco elementos: 1) consagración para actuar como sacerdote y pastor frente a su clase, 2) afección para presentarse a sus estudiantes como amigo, 3) una vida ejemplar que sea modelo para los alumnos, 4) servicio al estudiante, y, finalmente, 5) ser unificador de la verdad, integrando los elementos para que no solamente se vean los árboles sino el bosque completo.

(1)-Hay seminarios que así lo declaran, pero en teoría de conocimiento por seguir el patrón del intelectualismo se desvían, llenando a sus estudiantes de filosofías huecas de fuentes de verdades relativas que son cambiantes, dejando a un lado la fuente de verdades absolutas cómo fuente primaria, La Biblia.
(2) A los galileos se le consideraban como gente inculta, con educación muy limitada (Hechos. 4:13), con acento peculiar (Mar. 14:70), y en general no se esperaba nada especial de ellos (Jn. 1:46; 7:52).
(3) Gordon Fee, Primera Epístola a los Corintios. (Grand Rapids. MI: Editorial Nueva Creación. 1994): 666.
(4) Este modelo según J. Norberto Saracco, fue usado con grandes resultados por la educación teológica por extensión en Guatemala 1963. J. Norberto Saracco, la búsqueda de nuevos modelos de educación teológica, En René Padilla, (ed.). Nuevas alternativas de educación teológica (Buenos Aires: Nueva Creación, 1986): 25.
(5) Roberto Kasper, “¿Cómo se determina si una educación es buena?” (Kairós, No. 36: 73-98,): 91. Citando James R. Slaughter, “The Teacher as Discipler”, en Kenneth O. Gangel y Howard G. Hendricks, eds., The Christian Educator’s Handbook on Teaching (Wheaton, Illinois: Victor Books, 1988): 257-68.