Lectores, dejaré algo aquí que puede provocar incomodidad.
Martín Lutero dijo una vez que preferiría ser gobernado por un turco competente que por un cristiano incompetente. Hoy podríamos decir que, para gobernar, se prefiere mejor un ateo honesto que un protestante corrupto (los hay), mediocre o confundido (también los hay, y muchos). Ser “cristiano” y ser estadista y buen gobernante no siempre coinciden.
Agregando lo que dice el Dr. Marzilli "cada uno de nosotros en gran parte somos responsables de no haber sido la voz de los que no tienen voz durante muchos años debido al encierro paralizante en nuestros templos y facilitado la corrupción bajo diferentes rostros incluso dentro de la iglesia".
Pueblo Q'eqchi' no se deje llevar por el bonito argumento y falsas promesas de los políticos. Analicen e investiguen quienes son ellos.