(Mr. 16:14)
Seamos como los humildes discípulos de Cristo que se dejaron usar por la tierna inspiración del poderoso Espíritu de Cristo que los gobernaba. No seamos incrédulos sino creyentes que la fe que encontramos en las Escrituras, es tiernamente pura, y exactamente sublime en su belleza.
Esta es la Palabra entregada por Dios para los que guardan su fidelidad, y esperan en su completa perfección.
No confiemos en la palabra de los humanos, porque siempre el humano habla falsamente, y siembra duda al corazón.
El Señor nos demanda confianza no incredulidad. Él nos da certeza, y cualquiera que nos imponga duda no ha sido enviado por Dios; o jamás podrá ser usado por Dios.
Pero que difícil es creer para todo aquel que “endurece su corazón”, que difícil le es confiar en la esperanza. Imposible le es seguir el amor. El corazón se endurece porque no puede creer, y no puede creer por su dureza e incapacidad. Estos están incapacitados; para creer, para esperar, y para conocer a Dios.
Mas, para los que amamos al Señor; Él nos enseña a creer, nos muestra nuestra incredulidad, y nos da la confianza de sus portentos. Es por eso que confiamos en la perfección de su Palabra, tal como fue escrita, traducida y confiada de generación a generación antes que la nuestra.
Pablo David Estrada Chacón es pastor de la Iglesia Bautista Getsemaní, La Parroquia, zona 6, Guatemala, y es estudiante de nuestro Seminario Teológico Bautista de Guatemala.
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