(Ga. 1:15)
Llama la atención este versículo, hay muchos detalles en él. Pero al contemplarlo en general algo surge: «apartado» pero llamado por «gracia».
Al ser apartado, Pablo entiende que ha sido predestinado. Pero el favor de Dios, o la Gracia fue la que le llamó a la salvación y servicio.
Pablo es llamado porque debe servir a Cristo, pero Dios nunca será obligado por la predestinación. El Favor y la Piedad de Dios opera, no de forma ajena a su Plan, sino en pro de su Plan. La predestinación se sirve de la Gracia, la Gracia perfecciona el Plan Divino; porque lo llena todo de la infinita misericordia de Dios para los despreciados.
Así pues, si somos predestinados para Cristo, significa que su Gracia siempre estará a nuestro favor, así como su misericordia, ternura y piedad. Es bondad y es una promesa, es paciencia, pero con propósito. También es afecto, pero con determinación.
Dios nos ama para que le sirvamos; determinados por su Plan llegamos a comprender la profundidad de su Amor. No deja que nos apartemos de Él, porque nos amó de pura Gracia. Ambas conviven en Dios. Para las personas estas son excluyentes, pero no para Dios.
Pablo David Estrada Chacón es pastor de la Iglesia Bautista Getsemaní, La Parroquia, zona 6, Guatemala, y es estudiante de nuestro Seminario Teológico Bautista de Guatemala.
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