Por Edgar Armando Díaz L.
Este era el título de uno de los temas favoritos de los bautistas en el país, en los cincuenta años finales del siglo Veinte, al recordar el paso que dieron ocho iglesias evangélicas independientes al constituirse en iglesias bautistas en 1946. Es propio traer de nuevo a la palestra siete principios capitales de la denominación, si bien hay muchos más que nos hermanan con otros evangélicos, estos nacieron con el palpitar bautista.
¿Cuáles son estos principios vivientes, derivados de las doctrinas contenidas en el Nuevo Testamento, que forman los cimientos de nuestra denominación? El teólogo investigador de la historia bautista, Dr. Justo Anderson, los acota.
I.- PRINCIPIO CRISTOLÓGICO: JESUCRISTO ES EL SEÑOR.
Este es el principio motriz, alrededor del cual orbitan los otros, por la fuerza orientadora del mismo señorío de Cristo. Jesús dijo “Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy”. (Jn. 13:13); Y es el apóstol Pablo que declara en un himno cristiano: “Toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. (Fil. 2:11).
II.- PRINCIPIO BÍBLICO: LA AUTORIDAD DEL NUEVO TESTAMENTO.
Las iglesias bautistas tienen en la Biblia su fuente de autoridad, en especial el Nuevo Testamento, con la vida, ejemplo y mandamientos de Cristo; y luego, lo delegado a los apóstoles que le conocieron. Los seguidores inmediatos “recibieron la palabra con toda solicitud y estudio diario”. (Hch. 17:11); y Pablo recalca que toda la Escritura inspirada por Dios, es útil para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia. (2. T. 3:16).
III.- PRINCIPIO ECLESIÁSTICO: UNA MEMBRESÍA REGENERADA.
Las congregaciones locales son el microcosmos del reino espiritual, por eso la primacía (autonomía) de la iglesia local no niega la doctrina de la iglesia universal, más bien, la refuerza y protege en toda su pureza. Por eso insisten en dos declaraciones públicas y genuinas: la conversión personal y el bautismo bíblico y correcto. Lucas narra que “Los que recibieron su palabra, fueron bautizados y se añadieron …” (Hch. 2:41).
IV.- PRINCIPIO SOCIOLÓGICO: UN ORDEN DEMOCRÁTICO.
Una iglesia bautista local teóricamente es una democracia pura, que se gobierna así misma. Se eliminan las castas y clases, todo hombre es igual ante el Señor. (Mt. 23:8-9). Cuando la iglesia nace hay una convocatoria con propuesta para nombrar a los primeros siete diáconos mediante elección (Hch. 6:1-7), y similar en 15:22, siendo que todos los cristianos poseen el Espíritu de Dios, esto es, el sacerdocio universal de los creyentes.
V.- PRINCIPIO ESPIRITUAL: LA LIBERTAD RELIGIOSA.
El papel preponderante y logro de los bautistas por la libertad religiosa, es su más grande contribución para las confesiones de fe del mundo. Puesto que Dios creó al hombre “a su propia imagen” y lo dotó del derecho de ser libre; puede creer (conciencia), adorar (culto) y propagar su fe, sin coerción gubernamental o clerical, porque “¡Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad!”. (2. Co. 3:17), creativa y dinámica.
VI.- PRINCIPIO POLÍTICO: SEPARACIÓN ENTRE IGLESIA Y ESTADO.
La libertad religiosa sólo puede ser de garantía por su corolario: la separación de la Iglesia y el Estado; que es otra presea bautista. Se enunció por disidentes desde el medioevo y la reforma radical, abonando terreno para asentarse en la constitución de EE. UU. en el siglo XVIII. En la Biblia se enfrentan dos principios, el del gobierno (Ro. 13:1-6) y el del evangelio (Mt. 28:18-20), que Jesús separa tajantemente en Mt. 22:21: “Den, pues, a Cesar lo que es de cesar, y a Dios lo que es de Dios”.
VII.- PRINCIPIO EVANGELIZADOR: EVANGELISMO PERSONAL Y MISIONES.
Los bautistas se consideran “evangélicos”, por formar parte del pueblo que toma muy en serio la gran comisión de Jesús (Mt. 28:18-20). Se tornan fuertes en el evangelismo y la empresa misionera, auspiciada por asociaciones y convenciones de iglesias. El crecimiento numérico y la creciente extensión geográfica, se deben a ser fieles a este principio. Jesús dijo: “Como me envió el Padre, así también Yo los envío”. (Jn. 20:21).
CONCLUSIÓN: Los bautistas tienen una raíz honda en la historia cristiana; no sólo por haber surgido del puritanismo inglés, sino por ser un movimiento que no se ha conformado a situaciones extra bíblicas. A pesar de que el apodo bautista no se utilizó, refiriéndose a esta denominación, hasta el siglo XVIII, cuando el telón se abre y muestra a un pueblo que pondera los principios neo testamentarios, de la escena histórica anterior.
Se debe seguir siendo cristianos apostólicos, pues, aunque recién organizados, se fundamentan en el Nuevo Testamento; esto vale más que una sucesión apostólica que ha abandonado el contenido esencial de los principios de la Biblia; porque la antigüedad de doctrinas y principios difiere de las organizaciones antiquísimas. Bautistas de Guatemala y el mundo, sigan siendo el pueblo aferrado a Cristo y sus mandatos.
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